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Jeringas orales = menos errores

Los padres cometen menos errores al usar jeringas orales, en comparación con un vaso dosificador

Los padres podrían dar a sus hijos demasiado o muy poco medicamento cuando les administran fármacos líquidos, sobre todo si usan un vaso dosificador, informa un estudio reciente.

Los investigadores pidieron a 2.110 padres de niños de hasta 8 años de edad que midieran nueve dosis de medicamentos líquidos en un orden aleatorio. Los ejercicios fueron con distintas unidades de medida (milímetros y cucharaditas) y un vaso de dosificación o una jeringa oral.

Los padres midieron una dosis errónea el 43 % de las veces cuando usaron un vaso de dosificación, frente a un 16 % de las veces cuando usaron una jeringa oral, según los hallazgos.

Con frecuencia, esos errores fueron suficientemente importantes como para provocar preocupación, afirmó la investigadora líder, la Dra. Shonna Yin, profesora asociada de pediatría de la Facultad de Medicina de la NYU, en la ciudad de Nueva York.

«Más de un 20 % de los padres cometieron al menos un error de dosificación que era de más de dos veces la dosis mencionada en la etiqueta», advirtió Yin.

Los vasos de dosificación resultaron mucho menos fiables que una jeringa oral en términos de la dosificación, reveló la investigación.

«Los padres tenían cuatro veces más probabilidades de cometer un error con un vaso que con una jeringa», dijo Yin.

Esos errores podrían resultar en que un niño reciba una sobredosis y sufra unas consecuencias de salud graves, advirtió la Dra. Minu George, jefa de pediatría general del Centro Médico Cohen en New Hyde Park, Nueva York.

«Cuando hablamos de un niño muy pequeño, provocarle una sobredosis es muy fácil», dijo George.

Más de dos tercios de los errores de dosificación cometidos en el nuevo estudio fueron sobredosis, reportaron los investigadores.

Los niños también podrían recibir muy poco medicamento como para tratar su enfermedad, dijo el Dr. Blair Hammond, profesor asistente de pediatría de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.

«Esto es particularmente problemático con los antibióticos, de los que de verdad se debe dar la dosis correcta del fármaco», comentó Hammond.

Los medicamentos para los niños muy pequeños se recetan según su peso. Se deben administrar con mucho cuidado para evitar un error de dosificación, dijo Hammond.

Un vaso dosificador es mucho menos preciso que una jeringa, apuntó Yin.Jeringa texto

Equivocarse con la línea de medición marcada en un vaso ancho provoca un error más grande que el mismo error en una jeringa estrecha, advirtió. Las personas también pueden echar la cantidad incorrecta si no sostienen el vaso plano a nivel del ojo, añadió.

Ocurrieron más errores cuando a los padres se les dieron etiquetas de medicamentos que solo mencionaban cucharaditas pero se les proveyó una herramienta de medición que mencionaba tanto milímetros como cucharaditas, reportaron los autores del estudio.

Pera medir la dosis más precisa, los padres deben echar el medicamento líquido en un vaso de medición, y entonces usar una jeringa oral, planteó Hammond. Ese método ofrece una revisión rápida de la dosis, y también evita que una jeringa contamine potencialmente el frasco de medicamento.

También pueden ayudar a que la medida sea correcta al dibujar una línea o pegar cinta en la jeringa alrededor de la cantidad que deben administrar a su hijo, dijo.

Debido a que el tamaño y la forma de los cubiertos pueden variar mucho, los padres no deben administrar medicamentos con cucharas de cocina. La Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE.UU. recomiendan usar herramientas de dosificación con marcas estándares.
Lo leyó en Farmanuario

 

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