¿Alguna vez te preguntaste qué procesos se dan en el cuerpo para que pueda tener lugar un embarazo? Vamos a poner la lupa en el mecanismo de la fecundación.
La fecundación es el proceso biológico mediante el cual un espermatozoide se une a un óvulo, dando origen a una nueva vida. Todo comienza con la ovulación: una vez al mes, el ovario libera un óvulo maduro que viaja hacia las trompas de Falopio. Allí puede encontrarse con los espermatozoides, que tras la eyaculación deben atravesar un recorrido complejo por el aparato reproductor femenino, superando barreras químicas y físicas hasta alcanzar el óvulo.
Solo uno logra penetrar la capa externa del óvulo gracias a enzimas presentes en su cabeza. Cuando esto ocurre, la membrana del óvulo cambia para impedir la entrada de otros espermatozoides, garantizando que solo exista una fecundación. En ese instante, el material genético de ambos gametos se fusiona formando el cigoto, una célula única con la mitad de la información genética proveniente de la madre y la otra mitad del padre.
El cigoto comienza entonces un rápido proceso de división celular mientras se desplaza hacia el útero. A los pocos días se transforma en blastocisto y, al implantarse en el endometrio, da inicio al embarazo.
Este proceso, aparentemente simple, es en realidad altamente regulado por señales moleculares y hormonales que aseguran la viabilidad del nuevo organismo.