La alimentación y la salud mental están estrechamente relacionadas.
¿Contribuye la dieta a una mejor actividad cerebral y, por extensión, al estado mental de las personas? La respuesta es afirmativa. En los últimos años, se han publicado varias investigaciones científicas que sugieren una relación directa entre nutrición y salud mental. Las dietas ricas en alimentos procesados, azúcares y grasas se asocian a desequilibrios emocionales e incluso a cuadros depresivos. Mientras, el consumo de frutas, verduras y pescado ayuda al equilibrio emocional.
Existen algunos puntos clave sobre cómo la alimentación y cómo afecta la salud mental:
Nutrición: La ingesta de una dieta equilibrada y rica en nutrientes es esencial para mantener la salud mental. Los nutrientes como el hierro, el magnesio y la vitamina B12 son esenciales para la producción de neurotransmisores que influyen en el estado de ánimo.
Inflamación: Una dieta poco saludable rica en alimentos procesados y grasas saturadas puede aumentar la inflamación en el cuerpo, lo que a su vez puede aumentar el riesgo de trastornos mentales como la ansiedad y la depresión.
Digestión: La mala digestión puede afectar la absorción de nutrientes y aumentar la inflamación, lo que puede afectar negativamente la salud mental.
Estrés: El estrés crónico puede aumentar los antojos de alimentos poco saludables y aumentar el riesgo de trastornos alimentarios.
Hábitos alimentarios regulares: Mantener hábitos alimentarios regulares y evitar saltarse comidas puede ayudar a mantener los niveles de azúcar en sangre estables.
Fuentes: consumer.es
