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La pandemia y la salud mental de los niños: consejos para apoyar a tu hijo

“La pandemia de COVID-19 ha resultado ser especialmente difícil para los niños. En comparación con los adultos, la pandemia ha perjudicado sus vidas en una mayor medida, ya que no han podido acudir a la escuela en persona ni realizar sus actividades favoritas con los amigos, una situación que puede resultar desastrosa”, apuntan desde Unicef, y agregan que “a medida que el mundo comienza a superar la pandemia de COVID-19, muchos adultos y niños por igual tendrán dificultades para dejar atrás el miedo y la incertidumbre”.

Ante este escenario, Unicef, en colaboración con la psicóloga experta en adolescentes Lisa Damour, desarrollaron una guía de consejos para poder apoyar a los niños y adolescentes en este panorama desafiante. 

– Vínculo con otros niños

“No hay duda de que estamos viendo signos de retraso en el desarrollo de las aptitudes sociales de algunos niños. Es normal que ocurra, y también es un problema que podemos tratar”, dice la especialista.

En ese sentido, aconseja “explicar de manera explícita a los niños cómo quieres que gestionen los desafíos que se les presentan”. 

“Por ejemplo, si un niño le quita un juguete a otro, puedes decirle: ‘Por supuesto que quieres el juguete. Pero esto es lo que tienes que hacer: tienes que decir: ‘¿puedo jugar yo con el juguete cuando tú termines con él?’”. No te frustres con los niños porque no sepan en todo momento cuáles son las formas de interacción adecuadas para su desarrollo. No hay que esperar que se den cuenta por sí solos. Es posible que tengamos que proporcionar a los niños más atención y más instrucciones explícitas de lo que era habitual hasta ahora”, agrega.

– Manejo de las emociones

“Sin duda, la pandemia ha provocado una enorme angustia entre los niños y sus familias. Los niños están muy tristes, muy ansiosos o incluso muy enfadados por todo lo que les está pasando. Lo que probablemente veamos a corto plazo es un aumento de la fragilidad emocional de los niños con respecto a lo que debería ser lo habitual”, dice Damour.

En ese sentido, explica que “podemos ayudar a los niños en este aspecto siendo pacientes con ellos, ayudándoles a transformar sus sentimientos en palabras o incluso a encontrar otras formas de expresarse, como por ejemplo el arte, y ofreciéndoles consuelo y empatía”.

“En cuanto a la salud mental, creo que una de las mejores cosas que podemos hacer es no confundir el hecho de estar angustiado con tener un problema de salud mental. La pandemia causó angustia a todo el mundo y, de hecho, sentirse molesto por la pandemia y por las situaciones que se derivaron de ella es una respuesta natural. Solo nos preocupamos de la posibilidad de que exista un problema de salud mental cuando el niño es incapaz de gestionar esos sentimientos con la capacidad de adaptación necesaria como para sentirse mejor y evitar que le haga daño”, añade la especialista.

En ese sentido, dice Damour, “cuando los niños lloran por todo lo que se han perdido, están teniendo el sentimiento adecuado en el momento adecuado; sin embargo, si un niño está triste por todo lo que ha sucedido y no es capaz de encontrar la forma de sentirse mejor por sí mismo, o está haciendo cosas perjudiciales para los demás o para sí mismo, o está tan triste que la tristeza comienza a interferir con su capacidad de disfrutar de cualquier cosa o sentir esperanza, entonces deberíamos tratar esta situación como un problema de salud mental y asegurarnos de que ese niño reciba el apoyo necesario”.

– Validar las sentimientos

“Creo que lo primero que se debe hacer es validar su sensación de sufrimiento: ‘Tus sentimientos son muy válidos. Estás teniendo el sentimiento adecuado en el momento adecuado. Este ha sido un periodo increíblemente difícil históricamente, y tú lo has tenido que vivir’”, explica Damour.

El segundo, aconseja, es distinguir si el sentimiento es el problema o si el problema es la actitud del niño a la hora de expresar su sentimiento. 

– Los retos educativos

“El otro problema que queremos vigilar es el de los niños que han sufrido pérdidas académicas. Es necesario abordar este problema y recuperar el aprendizaje perdido. Me temo que algunos niños hayan abandonado la escuela por completo y que necesiten recibir apoyo académico, social y emocional para volver a encarrilar su aprendizaje a un ritmo razonable”, dice Damour.

En ese sentido, la especialista apunta que “en cuanto a los retos académicos, hay mucho trabajo por hacer para entender lo que cada niño consiguió o dejó de conseguir en la escuela, porque la gama del aprendizaje –incluso en una sola aula– es muy amplia”.

“Muchos niños lo pasaron realmente mal durante la pandemia en lo relativo al aprendizaje, incluso los que tuvieron un buen acceso a los estudios en línea, algo de lo que muchos carecieron”, afirma Damour, y aconseja: “El trabajo que queda por hacer es discernir lo que los niños aprendieron y lo que no, y encontrar la mejor manera de resolver las lagunas para que la pérdida de contenidos durante la pandemia no perjudique su educación en el futuro”.

Fuente: Unicef / Portal Salud

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