Somos lo que comemos. Muchas veces hemos escuchado eso. Pero, ¿qué hay de una mirada más profunda y reflexiva sobre esa idea? Sobre eso se propuso ahondar un estudio publicado en General Psychiatry que analizó la microbiota de un grupo de monjes y de un grupo laico, todos habitantes de la misma zona del Tíbet.
Como antecedente, recoge Muy Interesante, vale decir que investigaciones previas “han demostrado que los microbios que viven en nuestro intestino, también conocidos como microbiota intestinal o flora intestinal, pueden afectar a nuestro estado de ánimo y nuestro comportamiento por medio del eje intestino-cerebro”. “También influyen sobre la respuesta inmunitaria del organismo, la señalización de las hormonas, cómo respondemos al estrés y hasta en el nervio vago, que se encarga de supervisar ciertas funciones corporales que son de vital importancia”, agrega la publicación.
Con este escenario, el estudio analizó muestras de sangre y heces de 37 monjes budistas de tres templos y de 19 habitantes laicos de la zona. En el caso de los monjes, llevaban meditando entre 3 y 30 años, y lo hacían al menos dos horas al día. El otro grupo, en tanto, no practicaba habitualmente la meditación. Durante la investigación, además, ninguno de los dos conjuntos tomó algún elemento que pudiese modificar especialmente su microbiota.
“El estudio reveló diferencias significativas tanto en el volumen como en la diversidad de los microbios de un grupo y otro”, recoge el sitio, y agrega: “Las especies de bacterias Bacteroidetes y Firmicutes eran dominantes en los dos grupos. Sin embargo, en las muestras de los monjes había más Bacteroidetes (29 % frente a 4 %) y también Prevotella (42 % frente a 6 %). También se registró una alta cantidad de Megamonas y Faecalibacterium”.
«En conjunto, varias bacterias enriquecidas en el grupo de meditación han sido asociadas con el alivio de la enfermedad mental, lo que sugiere que la meditación puede influir en ciertas bacterias que pueden tener un papel en la salud mental», señalaron los investigadores.
Fuente: Muy Interesante / Portal Salud