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Nutrición en la vejez: consejos para mantenerse saludable

Cuando nos hacemos mayores se producen modificaciones fisiológicas que afectan, en gran medida, a la nutrición en la vejez.

Principalmente, en torno a la salud oral: disminución del flujo de saliva -lo que origina sequedad en la boca- y pérdida de piezas dentales, que disminuye la eficiencia en la masticación.

Por otra parte, también son comunes los cambios en el aparato digestivo, como la disminución de la capacidad de absorción de nutrientes o la dificultad para tragar los alimentos.

Por eso es necesario preparar dietas de textura blanda para conseguir una deglución segura, minimizando el riesgo de atragantamientos. Se recomiendan purés, sopas, huevos, lácteos.

¿Cómo debe ser la dieta de un adulto mayor sano?

En general, hay que mantener una alimentación variada y equilibrada para asegurar un óptimo aporte de nutrientes y adaptar la energía suministrada al menor gasto energético que conlleva el envejecimiento y la reducción de la actividad física.

Tenemos que tener especial cuidado con el consumo de vitaminas del complejo B -como la cianamida, el ácido fólico, la vitamina B12, la vitamina C, el calcio, el hierro y las proteínas-, a fin de evitar carencias, ya que son los nutrientes en los que suele haber más deficiencias a esas edades.

Nutrición en la vejez: Consejos para seguir una dieta saludable

1.     A la hora de elegir hidratos de carbono es preferible escoger cereales que sean integrales y legumbres, ya que proporcionan más fibra, vitaminas del grupo B y minerales.

2.     Es importante optar por las preparaciones asadas y hervidas, sopas, guisos y purés, antes que las fritas.

3.     En cuanto a las carnes, es importante eliminar la grasa visible antes de prepararlas (quitar la piel del pollo y las partes grasosas de las carnes) y consumir pescado tres veces a la semana.

4.     Por último, cuidado con el consumo de sal. Lo ideal es que sea bajo o moderado a fin de ayudar a mantener una presión arterial normal.

La hidratación, muy importante en esta etapa

Con la edad, la sensación de sed disminuye y, por tanto, aumenta el riesgo de deshidratación. Por eso es muy importante beber agua a intervalos regulares, aun sin tener sed. Estos son algunos breves consejos:

1.     Beber agua en las comidas.

2.     Disminuir el consumo de bebidas como café o té porque alteran el sueño y, por lo general, en esta etapa de la vida se tiende a reducir las horas de sueño continuo. Se pueden elegir otro tipo de infusiones o café descafeinado.

3.     Si se toman bebidas alcohólicas, disminuir su consumo a no más de una copa de vino tinto al día. Debemos recordar que el alcohol modifica el efecto de los medicamentos.

EFE Salud / Farmanuario.

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