Hay hábitos que, aunque cueste, no deben perderse durante el invierno. Y es que pueden hacer la diferencia a nivel de la salud. En el caso de nuestras mascotas, seguir con las acciones que les hacen bien depende de nosotros y es un acto de responsabilidad. Por eso, en invierno, las caminatas con tu perro siguen siendo esenciales para su bienestar físico y mental; sin embargo, conviene hacer algunos ajustes para protegerlo del frío.
La frecuencia ideal suele mantenerse: entre dos y tres paseos diarios, distribuidos a lo largo del día para que el perro haga ejercicio, se relaje y socialice. Sin embargo, la duración de cada salida puede variar según la temperatura, el viento y la raza de tu mascota.
Para perros pequeños, de pelo corto o mayores, lo recomendable es que los paseos duren entre 10 y 20 minutos, evitando las primeras horas de la mañana o la noche, cuando hace más frío.
En cambio, los perros jóvenes, activos o de razas con más pelaje pueden tolerar caminatas algo más largas, de 30 minutos o más, siempre que las condiciones no sean extremas.
Además, es importante observar las señales de incomodidad: temblores, levantar las patas por el frío o negarse a seguir caminando indican que es momento de volver a casa.
Tené en cuenta que utilizar abrigos, botines o capas impermeables puede ayudar a protegerlos del viento y la humedad.