Desde Portal Salud siempre apostamos a trabajar por la salud desde las pequeñas acciones cotidianas. Y si se trata de fortalecer el sistema inmunológico, no se requieren cambios drásticos, sino la incorporación de pequeños hábitos diarios que, sostenidos en el tiempo, pueden marcar una gran diferencia.
Por ejemplo, dormir entre 7 y 8 horas por noche es fundamental. Durante el descanso, el cuerpo se recupera y produce células clave para las defensas. La alimentación también cumple un rol esencial. Incluir frutas, verduras, legumbres y alimentos ricos en vitamina C, zinc y antioxidantes ayuda a mantener las defensas activas.
La hidratación es otro pilar. Tomar suficiente agua favorece el buen funcionamiento de los órganos y la eliminación de toxinas. La actividad física moderada, como caminar o andar en bicicleta, estimula la circulación y refuerza la respuesta inmune. Además, evitar el estrés crónico es crucial, ya que el cortisol elevado puede debilitar las defensas.
También es útil ventilar los ambientes a diario, evitar el consumo excesivo de alcohol, no fumar y mantener una buena higiene de manos. Finalmente, la exposición controlada al sol favorece la producción de vitamina D, vital para el sistema inmunológico. Estos pequeños gestos cotidianos, combinados, construyen una barrera natural contra enfermedades.