Aunque la palabra crecimiento se suele asociar con los niños, la hormona de crecimiento es necesaria durante toda la vida, y una deficiencia de la misma ocasiona problemas también a los adultos. La hormona del crecimiento (GH) es secretada por la hipófisis (o glándula pituitaria) en el cerebro, y posteriormente se libera en el torrente sanguíneo y estimula la producción del factor de crecimiento insulinoide (IGF-I) en el hígado, que también interviene en el proceso de crecimiento.
La hormona del crecimiento (GH) se ve afectada principalmente por la presencia de tumores hipofisiarios, que requieren cirugía o radioterapia, o cuando existe algún fallo en el funcionamiento de la hipófisis o del hipotálamo.
La deficiencia de la hormona de crecimiento en el adulto es un importante síndrome clínico, asociado con un incremento en la morbilidad y en la mortalidad. Desde 1960 se ha utilizado el tratamiento de reemplazo con GH en niños con deficiencia de esta hormona, pero hasta mucho más tarde no se comenzó a administrar este tratamiento a adultos con DGH en países europeos, Estados Unidos y Nueva Zelanda.
En cuanto a su incidencia, se estima que ronda cifras de 1 caso por cada 4000-10000 niños dependiendo de las poblaciones estudiadas.
La hormona del crecimiento interviene, directa o indirectamente, en la formación y desarrollo de órganos y tejidos del cuerpo, y su deficiencia tiene como resultado un desequilibrio que se traduce en diversas anomalías. Por ejemplo, la distribución de la grasa corporal no es homogénea y se fija con mayor facilidad en el abdomen. También aumenta el nivel de colesterol en la sangre debido a la acumulación de grasa, los huesos se debilitan, y la masa muscular disminuye, entre otros efectos adversos. Por tanto, el déficit de esta hormona no solo supone una talla baja, sino un aumento del riesgo cardiovascular en la mayoría de los casos.
Causas del déficit de la hormona de crecimiento
Cuando hablamos del origen del DGH conviene diferenciar entre adultos y niños. Las principales causas del déficit de la hormona de crecimiento (DGH) en los adultos son:
- Los tumores pituitarios y parapituitarios, que suponen casi el 80% de los casos.
- Tumores fuera de la glándula hipofisaria, como el craniofaringioma (13%).
- Tratamientos con radioterapia o quimioterapia.
- Daño cerebral de tipo traumático.
- Infarto pituitario, o síndrome de Sheehan, que puede encontrarse tras el parto en mujeres y que supone menos del 1% de los casos.
- Infiltración pituitaria, e infecciones como tuberculosis y sarcoidosis, poco frecuente (0.5%).
Sin embargo, en muchos casos la causa es idiopática, es decir, no se puede demostrar una lesión orgánica durante la vida del paciente, y se desconoce el origen de la afección, sugiriéndose entonces que es de naturaleza autoinmune. Esto sucede entre un 8 y un 10% de los casos.
Causas del déficit de la hormona de crecimiento en la infancia
En el caso de los niños, la mayoría de las causas del déficit de la hormona de crecimiento son genéticas; una tercera parte aproximadamente llevan consigo un trastorno demostrable en la carga genética de padres o hermanos. Suelen asociarse a mutaciones de los genes POU1F1, PROP1, o directamente al gen de los receptores de GH.
En otros casos se demuestra una mutación que confiere insensibilidad o resistencia a la acción de GH, por tanto, conservando los niveles de esta hormona y su producción.
Un pequeño porcentaje son malformaciones que suponen la ausencia o un mal funcionamiento desde el nacimiento de la hipófisis y del resto de hormonas que se producen en ella.
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