Las pruebas genéticas se practican a personas, animales, vegetales y microorganismos. Esto es lo que se puede analizar en un test genético:
Los genes
Se estudian las secuencias de ADN para identificar mutaciones en los genes que pueden aumentar el riesgo de sufrir un trastorno genético. Para ello, se analizan bloques individuales de ADN, algunos genes en concreto o el genoma (todo el ADN del individuo analizado).
Los cromosomas
En este caso, se analizan cromosomas enteros o largos tramos de ADN para ver si existen cambios genéticos de gran relevancia, como puedan ser las duplicaciones de cromosomas, causantes de muchas afecciones de origen genético.
Las proteínas
Las pruebas genéticas bioquímicas estudian la cantidad o el nivel de actividad de las proteínas y enzimas. Las anomalías proteicas pueden ser indicio de que existen cambios en el ADN susceptibles de causar un trastorno genético.
En el caso de las personas, las pruebas genéticas ofrecen indudables beneficios terapéuticos, pero no siempre están exentas de riesgos y limitaciones. Es el médico especializado quien nos ha de proporcionar información detallada acerca de los pros y las contras de una determinada prueba genética.
Algunas de las aplicaciones de este tipo de pruebas:
Los estudios genéticos en seres humanos tienen una doble utilidad médica: por un lado, son una herramienta diagnóstica de incalculable valor y por el otro, son de gran ayuda a la hora de diseñar las estrategias terapéuticas destinadas a atajar los males de origen genético detectados.
Pero las pruebas genéticas en personas no solo se practican con fines estrictamente médicos. Por ejemplo, es muy común la realización de pruebas geneticas deportivas.
Los test genéticos de aptitud deportiva son de gran utilidad para que cualquier deportista, sea este profesional o aficionado, conozca su potencial real de rendimiento deportivo, adaptando los entrenamientos y la alimentación a su predisposición genética para hacer deporte.
De la misma forma, existen pruebas genéticas que evalúan el riesgo de que un individuo deportista sufra determinadas lesiones.
Pruebas genéticas para animales
Un buen ejemplo de la utilidad de las pruebas genéticas en animales es la optimización de la producción de leche en ganado vacuno, gracias al análisis del genotipo de los animales.
También es bastante habitual la realización de estas pruebas a caballos de pura raza o de competición. A partir de unos pelos del animal, se puede conocer la predisposición del equino para el galope, el raid o el trote, así como averiguar su color de capa y conocer el riesgo de que padezca lesiones y enfermedades genéticas.
Finalmente, cada vez son más son frecuentes los análisis genéticos en mascotas, como es el caso de los perros con pedigree destinados a la cría, o a la participación en certámenes y competiciones caninas.
Fuente: noticiasdelaciencia.com
