HomeAteneo médico¿Es el ejercicio el factor de estilo de vida más importante en...

¿Es el ejercicio el factor de estilo de vida más importante en la prevención del Alzheimer?

 

Durante la Alzheimer’s Association International Conference (AAIC) 2017, se hizo énfasis sobre las intervenciones en el estilo de vida (alimentación saludable, reducción del estrés, sueño adecuado, y aumento de la actividad física) para ayudar a prevenir la demencia. Algunos expertos consideran que de todos los factores de estilo de vida, el ejercicio es el más importante cuando se trata de preservar las funciones cognitivas.

La identificación de biomarcadores para la enfermedad de Alzheimer ha permitido comparar los niveles de beta (β)-amiloide y proteína tau (ambos signos de Alzheimer) en aquellos que tienen actividad física y los que no la tienen.

Un nuevo estudio presentado en la reunión, dirigido por Belinda M. Brown, PhD, de la Facultad de Psicología y Ciencias del Ejercicio, en la Murdoch University, de Perth, Australia, evaluó la relación entre los niveles de ejercicio y la carga de amiloide cerebral en portadores de mutaciones genéticas que causan la enfermedad de Alzheimer de inicio precoz por herencia autosómica dominante.

El análisis incluyó datos del Dominantly Inherited Alzheimer Network para 139 portadores de mutaciones presintomáticos. Estos pacientes están destinados a desarrollar Alzheimer y saben aproximadamente cuándo comenzarán a presentar síntomas. Se clasificó a los pacientes en dos grupos: «ejercicio leve» y «ejercicio alto», según si realizaban más o menos de 150 minutos de ejercicio a la semana, respectivamente. 

Se evaluó la carga de amiloide cerbreal mediante tomografía por emisión de positrones con compuesto B de Pittsburgh (PiB-PET) con el fin de investigar a aquellos con niveles altos de amiloide cerebral (PiB+).

Acumulación más lenta de amiloide

Los investigadores encontraron que, en relación con lo que se esperaba, en el grupo de ejercicio alto el β-amiloide se acumuló a un ritmo más lento.

«En los portadores de mutación de Alzheimer, los investigadores pueden estimar en cuántos años un individuo desarrollará síntomas de la enfermedad de Alzheimer, basándose en su edad y la edad promedio de aparición de síntomas en otros pacientes con la misma mutación», expresó la Dra. Brown.

«Los resultados sugieren que los niveles más altos de ejercicio pueden retrasar la aparición de la patología de Alzheimer, y postergar el inicio de los síntomas en los portadores de la mutación de la enfermedad”.

La Dra. Brown señaló que estos resultados requieren mayor validación con análisis longitudinales.

Sin embargo, los resultados fueron particularmente sorprendentes para Christina E. Hugenschmidt, PhD, profesora asistente de gerontología y medicina geriátrica en la Wake Forest School of Medicine, en Carolina del Norte, Estados Unidos, quien también fue presentadora en AAIC 2017. 

Aunque el hallazgo de que los pacientes en el grupo de ejercicio alto que se estimaba estaban en la misma etapa de desarrollo de la demencia tenían menos β-amiloide era alentador, la Dra. Hugenschmidt advirtió que todavía hay algunas «incógnitas».

La Dra. Hugenschmidt presentó un estudio que se centró en un subconjunto de pacientes que tenían al menos 50 años de edad, deterioro cognitivo leve, y prediabetes, por tanto, estaban en mayor riesgo de desarrollar demencia. Los pacientes fueron asignados aleatoriamente a un grupo que realizó ejercicio aeróbico y a un grupo control que no realizó ejercicio.

Menor carga de proteína tau

Los investigadores estudiaron el flujo sanguíneo cerebral y los resultados en las pruebas cognitivas. También midieron el cambio en la glicemia, y los niveles de glucosa en el líquido cefalorraquídeo, durante una prueba oral de tolerancia a la glucosa, así como el cambio en la sensibilidad a la insulina.

Encontraron que para los pacientes del grupo de ejercicio, la función ejecutiva y el flujo sanguíneo cerebral mejoraron.

Los nuevos resultados «proporcionan una razón neurobiológica» para la mejora en la cognición. «Parece que esto se debe a que las neuronas se están comunicando entre sí con una conexión más estrecha», señaló la Dra. Hugenschmidt.

En el estudio de la Dra. Brown, se pudo demostrar que la carga de tau cortical media fue mayor en quienes reportaron realizar actividad física leve a moderada, en comparación con aquellos que informaron tener un nivel alto de actividad física (p = 0,02).

Se cree que el depósito de amiloide cerebral precede a la acumulación de proteína tau, y que la densidad de ésta, está más fuertemente asociada al deterioro cognitivo y a la neurodegeneración.

«Así que la investigación de ambos biomarcadores y su relación con la actividad física es vital», indicó la Dra. Brown.

En un nuevo ensayo clínico de dos años, con un presupuesto de 20 millones de dólares, se pondrán a prueba la actividad física y otras intervenciones del estilo de vida, y su impacto en la función cognitiva.

 

Fuente: Medscape

Para consultar la investigación haga clic aquí

 

 

ARTICULOS RELACIONADOS

Más leidas