Unos buñuelos de algas son un clásico del verano. O una ensalada de algas y tomate. O tantas otras opciones que hay y que incluyen a esta planta del mar en platillos gastronómicos más sencillos o más complejos. Pero, en cualquier caso: ¿existe algún peligro al comer algas?
Las algas son una fuente de nutrientes valiosos, como vitaminas, minerales, antioxidantes y ácidos grasos omega-3. Además, contienen fibra y pueden ayudar en la digestión. Algunas personas las incorporan en su dieta de diversas maneras, como en ensaladas, sopas, sushi o en forma de suplementos alimenticios.
Sin embargo, es importante tener en cuenta ciertos aspectos al consumirlas. En primer lugar, algunas variedades de algas pueden acumular metales pesados y contaminantes del agua en la que crecen, lo que puede ser perjudicial para la salud si se consumen en exceso. Por lo tanto, es importante elegir algas de origen confiable y evitar recolectarlas en áreas contaminadas.
Además, algunas personas pueden ser alérgicas a las algas, aunque esto es poco común. Si experimentás síntomas como hinchazón, picazón o dificultades para respirar después de comer algas, es importante consultar a un profesional de la salud.
Otro aspecto a considerar es que las algas pueden contener yodo en cantidades significativas. Mientras que el yodo es esencial para la función tiroidea adecuada, un exceso de yodo puede causar problemas de tiroides, como el hipertiroidismo. Por lo tanto, las personas con trastornos tiroideos deben moderar su consumo de algas y hablar con un médico para asegurarse de que no afecte negativamente su salud.
