Ante una mordedura de perro, es crucial actuar con rapidez y precisión para minimizar riesgos de infección y complicaciones. A continuación, repasamos algunos pasos a tener presentes.
Primero, mantené la calma y alejá al perro si es seguro hacerlo. Luego, limpiá la herida con agua y jabón de inmediato. Esto reduce la posibilidad de infección al eliminar la saliva del animal, que puede contener bacterias.
Después de limpiar la herida, aplicá un antiséptico y cubrí la zona con un vendaje estéril. Es fundamental buscar atención médica lo antes posible, especialmente si la mordedura es profunda, muestra signos de infección, o si el perro es desconocido o presenta comportamiento sospechoso.
La consulta médica es esencial para evaluar la necesidad de una vacuna contra el tétanos y, en algunos casos, la vacunación contra la rabia, una enfermedad potencialmente mortal transmitida por animales infectados. Si el perro es conocido, verificá su historial de vacunación para rabia.
Posteriormente a la atención, continúa la observación de la herida y el estado general en busca de señales de infección, como enrojecimiento, hinchazón, o secreción. En caso de fiebre, dolor intenso, o cualquier signo preocupante, regresá al médico.
Actuar con rapidez y seguir estas recomendaciones puede prevenir complicaciones graves y asegurar una recuperación adecuada.
