¿Alguna vez escuchaste hablar de la plombemia? Para entender de qué se trata, debemos ahondar en qué es el plomo y cómo afecta al cuerpo humano.
El plomo es un metal pesado altamente tóxico para el cuerpo, especialmente cuando se acumula en el organismo a lo largo del tiempo. La exposición al plomo puede ocurrir a través del agua, el aire, los alimentos contaminados o el contacto con productos que contienen este metal, como pinturas antiguas y tuberías.
Uno de los principales efectos del plomo es su impacto en el sistema nervioso, particularmente en los niños, donde puede provocar retrasos en el desarrollo, problemas de aprendizaje y dificultades de comportamiento. En adultos, la exposición prolongada puede generar pérdida de memoria, dificultades cognitivas y trastornos neurológicos más graves.
El plomo también afecta el sistema cardiovascular, contribuyendo a la hipertensión y aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas. Además, puede dañar los riñones y debilitar el sistema inmunológico, haciéndolo menos eficiente en la lucha contra infecciones.
En mujeres embarazadas, la intoxicación por plomo puede causar abortos espontáneos, bajo peso al nacer y alteraciones en el desarrollo fetal.
Dado su impacto en múltiples sistemas del cuerpo, es crucial minimizar la exposición al plomo mediante controles ambientales y una alimentación rica en calcio y hierro, que pueden reducir su absorción.