Las pantallas están por todas partes. Y no son malas. Lo mismo sucede con Internet y sus posibilidades: están al alcance de un clic o un deslizar. Y eso tampoco es malo. Pero lo negativo, sí, llega cuando nuestro vínculo con los dispositivos, con el mundo digital, se convierte en una necesidad, en algo de lo que no podemos despegarnos o que, si lo ponemos en perspectiva, nos quita demasiado tiempo.
Varios expertos coinciden en que es difícil asociar el término “adicción” al uso de aplicaciones vinculadas a Internet, como las redes sociales. Pero también entienden que para medir si una persona está utilizando esas apps en exceso pueden usarse parámetros que se utilizan para otras adicciones.
¿Cómo cuáles? Por ejemplo, un buen ejercicio es pensar si por estar demasiado tiempo en las redes sociales se ven afectadas tareas cotidianas de la vida. ¿Estar en Instagram me aleja de todo lo que tengo que estudiar para un examen? ¿O estar en TikTok hace que no esté presente durante la cena en familia porque estoy prestándole atención a una pantalla? ¿O ves cómo las horas pasan mientras estás con el celular sin levantarte del sillón cuando tenés otras cosas que querés hacer?
Esas parámetros pueden pensarse quizás no en clave de adicción. Pero sí en términos de que el uso de Internet va en detrimento de otras cosas que también queremos hacer. ¿Qué quiere decir eso? Que tal vez debamos apostar al equilibrio.
“El problema surge cuando sus funciones cotidianas se ven afectadas de alguna manera: no están durmiendo lo suficiente, están comiendo en exceso” o faltan a centros educativos o laborales, o se alejan de sus vínculos, señala a CNN Salud el Dr. Michael Rich. Rich, especialista en Trastornos de Medios Interactivos.
Como consejo, una buena opción es revisar el reporte diario o semanal de la cantidad de horas que se usa el celular. Puede ser un indicador claro y objetivo de si estamos utilizando demasiado o no el dispositivo.
Fuente: CNN Salud / Portal Salud
