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Crisis nerviosas en la adolescencia: consejos para apoyar a tu hijo

“Ser adolescente conlleva muchas emociones intensas que a veces pueden resultar difíciles de controlar”. Así de clara y contundente es Unicef al hablar sobre los cambios que se experimentan en la adolescencia. Y es precisamente para apoyar a los jóvenes, a través de sus padres, que la organización elaboró una lista de consejos para transitar los vaivenes que puedan presentarse, como crisis nerviosas.

¿Qué es una crisis nerviosa? “Las crisis pueden darse tanto entre los niños más pequeños como entre los mayores. Ocurren cuando un niño se ve completamente superado por las emociones y se siente abrumado. Estas emociones pueden ser miedo, ira, frustración o cualquier otro factor”, apuntan desde Unicef.

En ese sentido, la psicóloga experta en adolescentes Lisa Damour recomienda que los padres tengan presente nueve pasos prácticos para ayudar a sus hijos adolescentes a controlar una crisis emocional. A continuación, repasamos esa lista. 

1. Escuchar sin interrumpir 

Los niños mayores pueden tener una crisis emocional que les lleve a hablar con angustia sobre lo que les está ocurriendo. En esos momentos, la clave es dejar que lo cuenten todo. A menudo, los adultos bienintencionados intervienen o hacen sugerencias, olvidando que una de las mejores fuentes de alivio es expresar las emociones. 

2. Ofrecer una empatía sincera 

La mayoría de las veces, el hecho de expresar las emociones con palabras ofrece al joven el alivio que necesita. Después de escucharlos atentamente, otro tipo de apoyo que podemos dar a nuestros adolescentes es manifestarles empatía. Los adultos pueden ensayar frases como “eso es terrible” o “siento mucho que te haya pasado esto”.

3. Reconocer el valor de la angustia

El reconocimiento es muy eficaz, especialmente para los adolescentes. A los adolescentes a veces les preocupa que sus sentimientos tengan algo de malo porque sus emociones pueden ser muy fuertes. Aunque por una parte el adolescente se siente muy afectado, también puede estar un poco asustado debido a la intensidad de sus emociones.

Es un gran consuelo para los adolescentes cuando los adultos dicen: “Tus sentimientos son lógicos y puedo entender por qué tienes esa reacción”. Si, en cambio, los adultos les dicen: “¿Por qué estás tan molesto por eso? Hay gente que sufre mucho más que tú, ¿no es cierto?”, el efecto que se produce en los adolescentes es que siguen sintiéndose mal, pero ahora también se sienten culpables. En otras palabras, intentar cambiar la perspectiva de un adolescente no siempre les sirve de ayuda, por mucho que sus progenitores crean que es así. 

4. Ayudarlos a calmarse

La mayoría de las veces, estos tres primeros pasos deberían ser suficientes. Pero si no sirven aún de alivio, podemos pasar de ayudar a los adolescentes a expresar sus sentimientos a ayudarles a controlar sus emociones. Una forma de hacerlo es ayudar a los adolescentes a tranquilizarse por su cuenta. Habla con tu hijo sobre todo lo que puede hacer para sentirse mejor, como por ejemplo respirar profunda y lentamente.

La respiración abdominal es muy relajante y nos ayuda a llevar el oxígeno a lo más profundo de nuestros pulmones. He aquí un sencillo proceso en tres etapas: 

-Poner la mano en el estómago.

-Respirar profundamente cinco veces, inhalar 5 segundos y exhalar 5 segundos, inspirando por la nariz y exhalando por la boca.

-Explica a tu hijo que cuando inhala, está inflando su abdomen suavemente como un globo, y que cuando exhala el aire vuelve a salir lentamente del globo. 

5. Expresar confianza sin ser displicente 

Intenta mostrar tu apoyo diciendo cosas como “esto es duro, pero esta sensación tan fuerte no durará mucho” o “por muy duro que parezca esto ahora mismo, estoy muy impresionado por lo que eres capaz de controlar, y saber que podemos hablar juntos de todo esto”. 

6. Ofrecer ayudar para resolver el problema 

Si has escuchado, reconocido y ofrecido consuelo y tu adolescente sigue molesto, el siguiente paso puede consistir en preguntarle: “¿Necesitas que te ayude a intentar resolver este problema?”. Pedir permiso para ofrecer apoyo, en lugar de limitarse a ofrecer consejos, puede contribuir a mantener la conversación con el adolescente. A veces los adolescentes te dirán: “No, solo quiero desahogarme”, y entonces lo más seguro es que todo el apoyo que necesitan es que les escuches. Y si te dicen que sí necesitan tu ayuda, eso significa que van a hacer mucho más caso a los consejos que les demos.

7. Dividir el problema en dos partes 

Si tu hijo acepta tu ayuda en la resolución de un problema, puede ser útil dividir los retos a los que se enfrenta en dos categorías: cosas que pueden cambiar y cosas que no pueden cambiar.

8. Para las cosas que pueden cambiar, piensen juntos en las posibles soluciones

Ayúdale a centrar su atención en la búsqueda de soluciones para los problemas que puede cambiar. 

9. Para lo que no pueden cambiar, hay que apoyar la aceptación 

Apoya a tu hijo adolescente para que haga todo lo posible por aceptar los problemas que no tienen fácil solución. Una forma de ayudar a los jóvenes a aceptar un problema es hablar en términos de la energía. Puedes decirles: “Solo tienes una cierta cantidad de energía, así que guárdala para los problemas sobre los que realmente podemos hacer algo. No la desperdicies en los retos que no puedes controlar ahora mismo”. 

Fuente: Unicef / Portal Salud

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