Es cierto que en verano solemos estar más expuestos al sol; sobre todo porque estamos más al aire libre y pasamos mucho rato en la playa. Pero también es cierto que en otoño o incluso en invierno nos gusta que el sol nos entibie los cachetes fríos. Por eso, no deja de ser importante que también nos cuidemos del sol en la época no estival.
Es importante recordar, además, que la exposición a la radiación ultravioleta (RUV) durante la infancia y la adolescencia, explica el dermatólogo Julio Magliano a Portal Salud, influye en el potencial desarrollo de cáncer de piel: los niños protegidos correctamente de las RUV tienen 78% menos riesgo de desarrollar cáncer de piel en su vida adulta. Además, los niños se exponen al sol tres veces más que los adultos; por esa razón, antes de cumplir los 21 años ya han recibido entre el 50 y el 80% de toda la radiación solar a la que se expondrán a lo largo de toda su vida.
¿Qué hacer, entonces, para lograr una fotoprotección eficaz, que prevenga el daño en la piel como resultado de la exposición a la RUV? Las estrategias de fotoprotección, explica Magliano, están centradas en la reducción del tiempo global de exposición al sol, especialmente en las horas del mediodía, llevar ropas adecuadas, utilizar gorro y lentes, y aplicarse fotoprotectores
Podés seguir estas recomendaciones:
– Usar ropa adecuada (colores oscuros, trama apretada)
– Usar sombrero de ala ancha y lentes de sol con filtros UV
– Evitar la exposición entre las 10:00 y las 16:00
– Buscar la sombra como refugio
– Uso de protector solar de amplio espectro, con filtro UVA y UVB (SPF 30+)
– Aplicar el protector solar con la piel seca 30 minutos antes de salir al aire libre.
– Volver a aplicar el protector solar cada dos horas o inmediatamente después de nadar o transpiración, incluso si está usando un protector “ resistente al agua»
