Hay acciones que se vuelven hábitos y que se nos arraigan de tal forma que las hacemos todos los días casi sin pensar. Uno de ellos puede ser el hábito de ver televisión antes de dormir. Claro que a simple vista parece inofensivo, pero ¿puede en realidad estar perjudicando?
Por un lado, ver televisión -en todas sus formas- puede ser beneficioso porque es una forma de relajarnos: puede ayudar a un momento de relax después de un día agitado. Programas suaves o películas pueden actuar como una forma de escapismo, reduciendo el estrés y facilitando la transición hacia el sueño.
En el mismo sentido, ver televisión puede ser una actividad placentera y entretenida, lo que permite desconectar de las preocupaciones y disfrutar de un momento de ocio antes de acostarse.
Sin embargo, también puede ser contraproducente. ¿Por qué? Porque la exposición a la luz brillante de la pantalla puede inhibir la producción de melatonina, la hormona del sueño, lo que dificulta conciliar el sueño. Además, los programas emocionantes o estimulantes pueden activar el cerebro, dificultando el proceso de relajación necesario para dormir.
Además, mirar televisión antes de dormir puede interrumpir el ritmo circadiano natural del cuerpo, lo que puede resultar en un sueño menos reparador y una menor calidad del descanso.
Incluso, estudios sugieren que el uso de dispositivos electrónicos -lo que incluye el celular- antes de dormir está asociado con una menor calidad del sueño y una mayor incidencia de trastornos del sueño, como el insomnio.
Algunas recomendaciones
Establecer límites: limitá el tiempo que pasás viendo televisión antes de acostarte. Intentá apagarla al menos una hora antes de dormir para permitir que tu mente se relaje y se prepare para el sueño.
Evitá contenidos estimulantes: optá por programas o películas tranquilas y relajantes en lugar de contenido emocionante o perturbador que pueda activar tu mente y dificultar el sueño.
Reducir la exposición a la luz azul: utilizá filtros de luz azul en tus dispositivos electrónicos o considerá utilizar gafas especiales que bloqueen la luz azul para reducir su impacto en la producción de melatonina.