Con la llegada del invierno y de las bajas temperaturas, comenzamos a buscar métodos para calefaccionar el hogar. Y uno de ellos es la estufa a leña.
Las estufas a leña proporcionan calor y un ambiente acogedor, pero requieren precauciones especiales para garantizar la seguridad y su correcto funcionamiento.
A continuación, repasamos 6 consideraciones y cuidados a tener en cuenta al encender una estufa a leña.
1. Buena ventilación: Es fundamental contar con una adecuada ventilación en la zona donde se encuentra la estufa a leña. Comprobá que la chimenea esté limpia y despejada, y que haya una correcta circulación de aire para evitar la acumulación de gases tóxicos, como el monóxido de carbono.
2. Usá leña seca y de calidad: Utilizá únicamente leña seca, que ha sido almacenada en un lugar protegido de la humedad durante al menos seis meses. La leña húmeda o verde produce más humo, genera menos calor y puede acumular residuos en la chimenea, lo que aumenta el riesgo de incendios.
3. Limpieza regular: Limpiá la estufa regularmente para eliminar cenizas y residuos acumulados. Esto ayudará a mantener un adecuado flujo de aire y prevenir la obstrucción de la chimenea. Esperá a que la estufa se enfríe por completo antes de realizar la limpieza.
4. Protector de chispas: Coloca un protector de chispas en la abertura de la chimenea para evitar que las brasas o chispas salgan y puedan causar incendios en el entorno. Esto es especialmente importante si tenés alfombras, muebles u otros objetos inflamables cerca de la estufa.
5. Herramientas adecuadas: Usá guantes resistentes al calor y herramientas específicas, como palas y pinzas para manipular el fuego y añadir leña. Evitá utilizar materiales inflamables como papel o líquidos aceleradores para encender el fuego, ya que pueden causar incendios repentinos y peligrosos.
6. Supervisión constante: Nunca dejes la estufa a leña encendida sin supervisión. Asegurate de apagarla completamente antes de salir de casa o ir a dormir.
Fuente: OMS / MSP / Portal Salud
