La prematurez, definida como el nacimiento antes de las 37 semanas de gestación, es la principal causa de mortalidad neonatal y una de las primeras causas de muerte infantil en menores de cinco años a nivel mundial. Se estima que 15 millones de nacimientos prematuros ocurren cada año, lo que representa aproximadamente el 11% de los partos globales. A pesar del desarrollo médico, las tasas de nacimiento pretérmino continúan en aumento, con una creciente carga clínica, social y económica, especialmente en países de ingresos bajos y medios.
Este artículo brinda una síntesis clínica sobre el abordaje del parto pretérmino y las estrategias de prevención.
Clasificación y epidemiología
Según la OMS, los nacimientos pretérmino se clasifican en:
– Prematurez tardía: 34-36 semanas
– Prematurez moderada: 32-33 semanas
– Muy prematuros: 28-31 semanas
– Extremadamente prematuros: <28 semanas
Más del 80% de los nacimientos pretérmino ocurren después de las 32 semanas. Sin embargo, el pronóstico varía considerablemente según la edad gestacional, el peso al nacer y el entorno asistencial. El pronóstico de esstos niños presenta inequidades; por ejemplo en países de altos ingresos, la supervivencia de neonates en menores de <28 semanas puede superar el 90%, mientras que en países de bajos ingresos apenas alcanza el 10%.
Entre los factores de riesgo se describen antecedentes de parto pretérmino, gestación múltiple, anomalías uterinas o cervicales, infecciones, edad materna extrema, bajo nivel socioeconómico y desnutrición.
Abordaje clínico del parto pretérmino
El parto pretérmino puede ser espontáneo (75% de los casos) o iatrogénico. Su manejo requiere una evaluación integral materno-fetal que incluya una historia clínica completa, examen físico que incluya la evaluación de contracciones y tacto vaginal, búsqueda de rotura de membranas y dolor lumbar que oriente etiología infecciosa por infección urinaria. Se puede complementar con especuloscopía y pruebas para rotura prematura de membranas, ecografía transvaginal para medir la longitud cervical (<25 mm) y el test de fibronectina fetal.
Se recomienda el uso de corticosteroides prenatales para mujeres en riesgoentre las semanas 24 y 34, porque reducen significativamente la incidencia de síndrome de dificultad respiratoria, hemorragia intraventricular, enterocolitis necrosante y muerte neonatal al mejorar la formación de surfactante en los pulmones fetales. Generalmente, se administra un solo ciclo de corticosteroides entre las 24 y las 33 semanas de gestación. La dosis recomendada incluye 12 mg de betametasona administrada como inyección intramuscular en dos dosis con 24 horas de diferencia, o 6 mg de dexametasona administrada como inyección intramuscular en cuatro dosis con 12 horas de diferencia si no se dispone de betametasona. Se recomienda en embarazadas con elementos de riesgo de parto prematuro en los próximos 7 días, independientemente del estado de rotura de membranas y del número de fetos. Frente a la rotura prematura de membranas, se debe además
En cuanto a los tocolíticos, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG, por su sigla en inglés) recomienda tratamientos cortos en menos de 32 semanas. El objetivo es inhibir las contracciones para tener tiempo suficiente para la administración prenatal de corticosteroides o para el traslado intrauterino a un hospital de tercer nivel con terapia intensiva materno-infantil.
Los cerclajes en mujeres con antecedentes de parto prematuro y longitudes cervicales cortas pueden reducir significativamente la mortalidad y la morbilidad perinatales, por lo que se recomienda en estas situaciones. La insuficiencia cervical está directamente relacionada con el parto prematuro y se define como la incapacidad del cuello uterino para mantener el embarazo en ausencia de actividad uterina, trabajo de parto o ambos durante el segundo trimestre. Si se cumplen criterios como acortamiento de la longitud cervical o embudo cervical medidos mediante ecografía transvaginal, se puede colocar un punto quirúrgico, conocido como cerclaje. Puede colocarse de forma electiva o de emergencia.
Estrategias de prevención
Se reconocen tres intervenciones preventivas clave:
1. Progesterona vaginal en mujeres con cuello uterino corto (≤25 mm) o antecedentes de parto pretérmino
2. Cerclaje cervical en mujeres con insuficiencia cervical y antecedentes específicos
3. Pesario vaginal, un dispositivo removible que se inserta en la vagina para sostener los órganos pélvicos, con resultados más controversiales.
Se propone la ecografía transvaginal universal entre las 18 y 24 semanas como estrategia costo-efectiva.
Conclusiones
La prematurez representa un desafío clínico y de salud pública global. Su abordaje requiere identificar factores de riesgo, diagnóstico precoz, medidas terapéuticas oportunas y estrategias preventivas eficaces como el uso de progesterona en mujeres seleccionadas. La universalización de la ecografía transvaginal y el fortalecimiento de los sistemas de salud perinatal son fundamentales.
Referencias
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