Que la recta final del verano trajo consigo una invasión de mosquitos no es ninguna novedad. Por eso, esta vez no vamos a ahondar en cómo prevenir su aparición sino en sacarle el mayor provecho a uno de los métodos más eficaces para protegerse: el repelente.
El uso adecuado del repelente puede mantener a raya a los mosquitos. Pero es bueno estar informado y tomar decisiones conscientes a la hora de elegir el mejor repelente para nosotros, además de usarlo de forma correcta.
Buscá repelentes que contengan DEET, picaridina, IR3535 o aceite de eucalipto de limón, ya que estos ingredientes son efectivos para repeler mosquitos. Verificá también la concentración de estos ingredientes activos, ya que puede variar según la marca y la duración de la protección que necesites.
Una vez lo tengas, asegurate de cubrir todas las áreas expuestas de la piel. Aplicá el repelente en brazos, piernas y cuello, evitando el contacto con los ojos, la boca y las manos. Para aplicar en el rostro, primero rociá el repelente en las manos y luego frotalo suavemente sobre la cara.
La efectividad del repelente disminuye con el tiempo, especialmente si estás sudando o en contacto con agua. Reaplicá el producto según las instrucciones del envase, generalmente cada 4-6 horas.
Evitá aplicar repelente sobre piel irritada, cortes o heridas abiertas, ya que puede causar irritación adicional o malestar.
El repelente es una parte importante de la protección contra los mosquitos, pero también considerá usar ropa de manga larga y pantalones largos, especialmente durante las horas del amanecer y el atardecer, cuando los mosquitos suelen ser más activos.
Por último, si estás embarazada o amamantando, o si planeás usar repelente en niños pequeños, consultá con un profesional de la salud para obtener recomendaciones específicas y seguras.