¿Alguna vez te preguntaste si tu perro, por ejemplo, logra reconocer que se siente mal? ¿Y si además está intentando comunicárselo para que lo ayudes? Aunque los animales no tienen conciencia de enfermedad como los humanos, sí muestran comportamientos que indican que «saben» que algo no está bien.
Muchas especies, cuando están enfermas o lesionadas, tienden a aislarse, moverse menos, dejar de comer o acicalarse con menor frecuencia. Estos cambios pueden ser instintivos, parte de una respuesta biológica de conservación de energía.
Algunos animales, como perros y gatos, pueden lamer heridas para intentar curarlas, mientras que otros buscan plantas específicas con propiedades medicinales, lo que sugiere cierto nivel de autodiagnóstico básico.
Además, se ha observado que algunos primates examinan partes del cuerpo lesionadas y reaccionan con signos de incomodidad o estrés.
Aunque no entienden la enfermedad en términos médicos, muchos animales perciben el malestar físico y responden con conductas adaptativas. Esta sensibilidad al propio cuerpo, aunque rudimentaria, demuestra que la autoconciencia fisiológica no es exclusiva del ser humano.