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Medicina Funcional: entrevista a la Licenciada y directora de Mind Silvina Tocchetti

Entrevistamos a Silvina Tocchetti , Licenciada en Medicina Nutricional por la West London University, UK y Licenciada en Psicología Clínica (UCUDAL, Uruguay). Realizó una especialización en Medicina Funcional y estudios de posgrado en Psicología Analítica (SUPA, Uruguay). Cuenta con más de 20 años de experiencia clínica en el campo.
Es la fundadora y directora de Mind , el primer centro especializado en Lifestyle & Functional Medicine del Cono Sur.

¿Qué implica el concepto de medicina funcional para quienes no están empapados en el tema?

Es un campo de estudio de la salud desarrollado durante los últimos 30 años por el Instituto de Medicina Funcional (IFM) y el Centro de Medicina Funcional de la Clínica Cleveland. Cuenta con el apoyo de Mayo Clinic y organizaciones internacionales como The British Association for Nutrition and Lifestyle Medicine (BANT), de la cual soy Coordinadora Regional para América Latina.
La Medicina Funcional propone un nuevo modelo de atención de la salud que estudia cómo y dónde comienzan a gestarse los procesos que nos alejan del estado óptimo de salud, identificando e interviniendo sobre las causas detrás de los síntomas, disfunciones y desórdenes crónicos.

En lugar de enfocarse de forma individual en cada uno de los órganos bajo la lupa de diferentes especializaciones, el campo del Lifestyle & Functional Medicine aborda los procesos fisiológicos y bioquímicos centrales que atraviesan y conectan todos los sistemas.

En síntesis, la Medicina Funcional y de Estilo de Vida es un abordaje basado en evidencia científica que estudia la individualidad bioquímica, fisiológica, y psicológica en relación con el medio ambiente y la expresión genética.

-¿En qué nos ayuda?

Buscamos optimizar niveles de energía y rendimiento físico y mental, así como prevenir, restaurar y revertir disfunciones crónicas relacionadas a factores modificables de nuestra forma de vivir y el medio en el que nos desenvolvemos.

El modelo de la medicina funcional nos enseña a tomar mejores decisiones para potenciar nuestra salud, basadas en información personalizada sobre cómo funcionamos y lo que realmente nos hace bien, descartando aquello que nos debilita, intoxica o limita nuestra calidad de vida hoy y a futuro.

A nivel orgánico trabajamos sobre la producción de energía, la reducción del daño oxidativo, la modulación de la respuesta inflamatoria, el apoyo de la función inmune y cognitiva, la reparación del microbioma y la barrera intestinal y la desaceleración del envejecimiento celular.

También brindamos herramientas y apoyo constante para que cada persona atraviese por este cambio de una forma sostenible.

-¿Cuánto tiene que ver la forma en que vivimos con nuestro estado de salud?

Diría que casi todo. Hoy se sabe que entre un 80% y un 90% de los desórdenes crónicos podrían ser evitados mediante cambios en nuestro estilo de vida. Hay solo un pequeño porcentaje de casos donde la genética es el factor determinante. El nuevo campo de estudio llamado Epigenética analiza justamente eso, el impacto de nuestro medioambiente en los genes y el poder que tiene el medio en afectar la expresión genética, es decir, que un gen u otro permanezca “despierto “ o “dormido”, depende enormemente de la forma en que vivimos.

-¿Es una medicina complementaria a la medicina tradicional?

Sin lugar a dudas. Existen muchos casos en los que trabajamos en conjunto con el equipo médico de la persona y se logran resultados excelentes. Me gusta pensar que la medicina convencional tiene un rol fundamental para ayudar a los pacientes que cursan cuadros agudos y que la Medicina Funcional y de Estilo de Vida es clave para ayudar a personas que están transitando desórdenes crónicos, síntomas o molestias que requieren un abordaje sistémico sobre todas las funciones del organismo.
Este enfoque del cuidado de la salud utiliza los últimos avances en biología molecular, genómica nutricional, microbiología, inmunología y neuroendocrinología bajo estrictos procesos de investigación y protocolos para personalizar la intervención con eficacia comprobada. Buscamos brindar acceso a herramientas pioneras de nutrición personalizada, epigenética y estilo de vida que complementan el abordaje de la medicina tradicional.

  • ¿Cuán responsables somos de los cuadros de salud que en algunos casos nos aquejan?

Esta respuesta vendría a ser similar con “¿Cuánto tiene que ver la forma en que vivimos con nuestro estado de salud?” No la repetiríamos.

Leí que decías en alguna nota que hay más longevidad pero con peor calidad, ¿porque es esto?

Hubo muchas revoluciones en la salud estos últimos cien años pero quizás ninguna como la revolución de la longevidad. ¡Estamos viviendo en promedio 34 años más que nuestros abuelos! Un período entero más de vida que no solía existir. ¿Pero cómo queremos vivir todos estos años extra de vida?

Todavía no nos hacemos a la idea de todo lo que esto significa. Todos envejecemos, pero nuestra edad cronológica y nuestra edad biológica no siempre son las mismas, y sin dudas podemos trabajar de forma proactiva para desacelerar los procesos de envejecimiento a nivel celular.

Aún vivimos en el viejo paradigma donde la edad es un arco. Nacemos, llegamos a un pico a la “mediana edad” y luego caemos, nos achacamos, baja nuestra energía, nos deterioramos. Asociamos envejecer con enfermedad, cuando muchos de los desórdenes que comienzan a aparecer con el pasar de los años podrían ser evitados.

Las molestias que comienzan a surgir con la edad, como cansancio, dolores musculares, e incluso el deterioro cognitivo, son en realidad síntomas. Se estima que alrededor de dos tercios de las patologías de nuestra vejez son causadas por nuestro estilo de vida y por ende, bajo nuestro completo control. Existe la forma de llegar a nuestro “tercer acto” sintiéndonos plenos, con energía y una salud cognitiva fuerte. La Medicina Funcional y de Estilo de vida es excelente para construir este tipo de longevidad saludable. Cuanto antes comencemos, mejor.

-Ustedes hacen estudios que luego mandan a Estados Unidos o Reino Unido, ¿por qué y cómo se puede financiar esto quien busca atenderse contigo?

Nuestro proceso diferencial de investigación en la mayoría de los casos requiere la utilización de análisis clínicos funcionales de laboratorio que se realizan en laboratorios especializados en biología de sistemas. Este tipo de centros aún no existen en la región y se encuentran localizados mayormente en Estados Unidos y Gran Bretaña.
Estos estudios especializados nos brindan información avanzada sobre cómo está funcionando el organismo, pudiendo identificar las causas detrás de desvíos y disfunciones tempranas mucho antes de que la patología se establezca. Permiten un abordaje de precisión indagando sobre nuestra función digestiva, marcadores de estrés, energía y fatiga crónica, marcadores de metabolismo y peso corporal, función neuroendocrina y cognitiva, función inmune, función hormonal, epigenética y nutrición intracelular, entre otros.
Actualmente contamos con diferentes opciones personalizadas de intervención que contemplan desde la utilización de paneles locales, hasta la utilización de baterías completas de análisis funcionales complejos. Existe también la posibilidad de comenzar con foco en un área específica de la salud con intervenciones más cortas e introductorias.
Cabe mencionar que en este momento nos encontramos desarrollando nuevas iniciativas que buscan brindar un mayor acceso a la Medicina Funcional y de Estilo de Vida en Uruguay y la Región. Pronto tendremos novedades.

-Cómo es el sistema de quien asiste a la clínica de ustedes, ¿cuáles son los pasos?

Uno de nuestros diferenciales es la profundidad en investigación, que no sólo nos permite comprender mejor el contexto del estado de la salud de la persona, sino individualizar la intervención. El proceso comienza con una etapa de evaluación funcional. Comprende un relevamiento en profundidad de la historia clínica de la persona, su historia de vida, preocupaciones de salud, hábitos y situación actual. Se analiza toda la información recabada y se da una devolución en una instancia personalizada de devolución de 90 minutos conmigo.

Dependiendo del caso de la persona y su complejidad, si necesitamos o no realizar análisis funcionales especializados. Una vez que obtenemos los resultados, se realiza una instancia de devolución donde nuestro objetivo es dar a conocer cómo está funcionando el organismo de la persona hoy, y cuáles factores pueden ayudar a generar el mayor impacto posible en tu salud.

Finalmente, utilizando toda la información recabada, brindamos herramientas diseñadas para restaurar el equilibrio natural de los procesos biológicos. Para esto intervenimos en distintas áreas: promovemos la nutrición celular mediante recomendaciones de alimentación y suplementación personalizadas; analizamos e intervenimos en el manejo del estrés y la calidad de su sueño; evaluamos cuál es el tipo de ejercicio adecuado y en qué etapa es bueno integrarlo; y finalmente trabajamos sobre el mindset, es decir, desde dónde y cómo se relaciona cada persona con su alimentación, con el estrés, con sus vínculos, y cómo todo esto afecta a su calidad de vida.

Un aspecto fundamental de nuestra metodología es la construcción de una alianza terapéutica con la persona. Trabajamos en conjunto, formamos un equipo, y la acompañamos para ayudarla a encontrar los métodos que funcionan y se adaptan a su estructura de vida.

  • ¿Qué ventajas crees que tiene nuestro país en calidad de vida?

La calidad de la mayoría de nuestros alimentos, nuestros vegetales y muy especialmente nuestra carnes, todavía sigue siendo muy buena. El tiempo que se pasa en familia y el contacto con la naturaleza son también más frecuentes que los que solemos ver en países de Europa y regiones de Estados Unidos.

La calidad de vida en general, el aire que respiramos, el verde está muy a mano, y el tiempo que se necesita para trasladarse de un lugar a otro, parece simple, pero eso permite por ejemplo a los chiquitos a juntarse a jugar todo el tiempo, y a los adultos a tener algo de tiempo libre después del trabajo / estudio. Eso no sucede tanto en otros países.

-¿Qué tenemos que cambiar nosotros?

Tenemos que redefinir lo que significa estar sanos. Es lo que comemos, es cuánto y cómo nos movemos, cómo descansamos, es también cómo pensamos. El problema es que estamos en contacto con una parte muy pequeña de nuestros recursos biológicos y de nuestra capacidad para generar salud. Estamos desconectados de nuestros ritmos internos, de nuestro cuerpo, e incluso de nuestras relaciones.

Creo firmemente que somos los arquitectos de nuestra propia salud. Por eso a través de Mind buscamos inspirar a las personas para que puedan integrar un estilo de vida que esté alineado con sus procesos naturales, retomando el contacto con el entorno, con sus ciclos, con sus tiempos y con todo lo que realmente les hace bien.

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