La despedida del invierno suele ser por lo alto. ¿Y eso qué quiere decir? Que el frío no suele aflojar hasta que la primavera ya está bien entrada. Por eso, no es tarde para repasar cuál es la forma más efectiva de abrigarse.
Y es que mantener el cuerpo abrigado de manera adecuada es esencial para conservar la temperatura y protegerse del frío.
Cabeza y cuello: una gran cantidad de calor corporal se pierde a través de la cabeza y el cuello. Usar un gorro o una bufanda puede ayudar a mantener el calor alrededor de estas áreas. Un gorro que cubra las orejas y una bufanda que rodee el cuello pueden prevenir la pérdida de calor y proteger contra el viento frío.
Manos y dedos: las manos y los dedos son especialmente susceptibles al frío. Usar guantes o mitones adecuados ayudará a mantener las manos calientes y funcionales
Tronco: la zona del pecho y la espalda es vital para mantener la temperatura corporal central. Usar ropa térmica, buzos o chaquetas aislantes ayudará a retener el calor en esta área.
Extremidades inferiores: mantener los pies y las piernas calientes es esencial para una comodidad duradera. Utilizá medias térmicas y calzado adecuado para proteger tus pies del frío y la humedad. Pantalones largos y térmicos pueden ayudar a conservar el calor en las piernas.
Un yapa: no descuides áreas como la cara y las manos. Aplicar crema hidratante en la piel expuesta puede crear una barrera protectora contra el viento frío y prevenir la sequedad.
Una segunda yapa: vestirse en capas es una estrategia efectiva para regular la temperatura corporal. A medida que la actividad física aumenta y el cuerpo comienza a calentarse, es posible que quitar poder quitar capas para evitar el sobrecalentamiento. La elección de ropas adecuadas, como lana, algodón y materiales térmicos, también puede influir en la capacidad de abrigo.
