En plena temporada de verano, seguro te has enfrentado a comprar un protector solar. Y es que por estos días se trata de un producto de uso habitual; por ejemplo, a aplicar cada vez que vamos a la playa. Pero, ¿alguna vez tomaste una decisión consciente e informada sobre cuál es el mejor producto para vos y tus actividades?
Para ayudarte en ese camino, te ofrecemos una serie de pautas a tener en cuenta a la hora de elegir un protector solar.
Factor de Protección Solar (FPS). Elegí un protector solar con un FPS adecuado. Para uso diario, se recomienda un FPS de al menos 30, mientras que para actividades al aire libre o exposición prolongada al sol, considerá un FPS más alto. Recordá que un FPS más alto no significa una protección proporcionalmente mayor, pero proporciona una capa adicional de seguridad.
Amplio espectro de protección. Asegurate de que el protector solar ofrezca protección de amplio espectro contra los rayos UVA y UVB. Mientras los rayos UVB causan quemaduras solares, los UVA contribuyen al envejecimiento prematuro de la piel. Un protector solar eficaz debe abordar ambos.
Resistente al agua. Si planeás nadar o sudar, elegí un protector solar resistente al agua. Esto garantiza una protección continua incluso después de la exposición al agua. Sin embargo, es esencial volver a aplicar después de nadar o transpirar intensamente.
Tipo de piel y necesidades específicas. Considerá tu tipo de piel y necesidades específicas. Las personas con piel sensible pueden optar por fórmulas sin fragancia, y aquellos propensos al acné pueden buscar protectores solares no comedogénicos. Además, si tenés piel seca, buscá productos con ingredientes hidratantes.
Fecha de caducidad. Revisá la fecha de caducidad del protector solar antes de usarlo. Los ingredientes activos pueden perder su eficacia con el tiempo, por lo que es crucial utilizar productos frescos y renovarlos según las indicaciones del envase.
Hábitos de aplicación: aplicá el protector solar al menos 15-30 minutos antes de la exposición al sol y volvé a aplicar cada 2 horas, o con mayor frecuencia si estás nadando o sudando. No olvides cubrir áreas como orejas, cuello y dorso de las manos.
